Los especialistas informan que la fuerza en dichos huracanes variará de acuerdo con el aumento de temperatura de la superficie del mar y la destrucción de la cizalladura vertical del viento o los patrones de circulación del aire en zona, que evita que las tormentas ganen fuerza.
Las investigaciones sugieren que las actividades humanas contribuyen al cambio de intensidad de los huracanes en el futuro.
Los científicos no han señalado un tiempo específico en que las costas de Estados Unidos sufrirán dichos efectos, pero se prevé que estos comenzaran dentro de 20 años, por lo que han llamado a los políticos a planificar el desarrollo costero y los sistemas de protección de la costa este de Estados Unidos ante posibles cambios climáticos extremos.
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